Tras pasar sus épocas de gloria junto a sir John Barbirolli, la Orquesta Hallé de Manchester ha transcurrido por períodos más bajos que altos. Olvidados y resueltos los problemillas internos, de suspensiones de pagos y crisis inevitables, el nuevo rumbo de la agrupación británica queda marcado por unos integrantes entusiastas, que se apasionan tocando, cuentan con el carismático sir Mark Elder en el podio y han creado su propio sello discográfico.
Se suma este Ciclo Sinfónico de Caja Madrid al año homenaje a Mendelssohn en su 200º cumpleaños, con un programa amplio y que define casi la totalidad de su repertorio para gran orquesta.
El sueño de una noche de verano fue dando indicios de la estupenda cuerda, mediante una energía verdaderamente contagiosa en su balanceo ascendente y de sonoridad profunda y compacta. Los metales, quizá muy altos, pero afinados y sin solapar en exceso la opulencia del conjunto. Interesante y bastante cálido el sonido de la madera.
La Quinta Sinfonía contó con algún desajuste por parte de la trompa, pero se vio ensalzada por la deliciosa melodía de los violines y la intensidad de los violonchelos y los contrabajos. Por otra parte, la Italiana comenzó con una cuerda de diez, dando paso al reposado y sugerente sonido de los contrabajos en el segundo movimiento, ahondando en el lirismo del penúltimo tiempo y concluyendo entre el apoteosis y el humor. Es que Mendelssohn tiene esa virtud de alegrarnos y hacernos sentir bien.
Sir Mark Elder busca efectos del metal y la percusión, resultando a veces estridentes. El día siguiente, con Mendelssohn de nuevo, inició con la Obertura en re mayor. La denominación de "Mar en calma y Viaje feliz" nos ubica en la acción, con el sutil fluir del agua y los penetrantes contrabajos y maderas.
La Primera Sinfonía desata el temperamento del otro niño prodigio de la Música, hermano de la talentosa Fanny y pariente del padre de la Filosofía berlinesa (Moses Mendelssohn). El abrupto Allegro dará paso al serpenteante y delicado Andante. Las diferentes voces recuerdan a la manera contrapuntística de Johann Sebastian Bach. El sonido central de los violonchelos logra un efecto interesante en el Menuetto con el metal y las maderas contrapuestas. El final, con el Allegro con fuoco, parece una trepidante prueba de velocidades.
Con la belleza de la Obertura de Las hébridas, de hermosos trazos graves y de otros líricos entrelazado por parte de la cuerda se dará paso a la Sinfonía Escocesa.
La amplitud cordófona resaltó por su homogeneidad y su absoluta entrega, mediante el pizzicato del Adagio. Unicamente el reverberante e intenso Allegro vivacissimo tuvo algunos desajustes en el oboe.
Os recomiendo el Mendelssohn sinfónico de Sawalish (Philips) y las oberturas de Masur (Berlin Classics). Tampoco os conviene olvidaros del sello de la orquesta del Reino Unido, con maravillas como The Wasps
Concluyo con el apropiado y definitorio lema de la Orquesta Hallé: "In a world full of noise, we need to listen carefully to the things worth hearing".
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