domingo, 31 de mayo de 2009

La batuta recuperada de Barbirolli


Tras pasar sus épocas de gloria junto a sir John Barbirolli, la Orquesta Hallé de Manchester ha transcurrido por períodos más bajos que altos. Olvidados y resueltos los problemillas internos, de suspensiones de pagos y crisis inevitables, el nuevo rumbo de la agrupación británica queda marcado por unos integrantes entusiastas, que se apasionan tocando, cuentan con el carismático sir Mark Elder en el podio y han creado su propio sello discográfico.

Se suma este Ciclo Sinfónico de Caja Madrid al año homenaje a Mendelssohn en su 200º cumpleaños, con un programa amplio y que define casi la totalidad de su repertorio para gran orquesta.

El sueño de una noche de verano fue dando indicios de la estupenda cuerda, mediante una energía verdaderamente contagiosa en su balanceo ascendente y de sonoridad profunda y compacta. Los metales, quizá muy altos, pero afinados y sin solapar en exceso la opulencia del conjunto. Interesante y bastante cálido el sonido de la madera.

La Quinta Sinfonía contó con algún desajuste por parte de la trompa, pero se vio ensalzada por la deliciosa melodía de los violines y la intensidad de los violonchelos y los contrabajos. Por otra parte, la Italiana comenzó con una cuerda de diez, dando paso al reposado y sugerente sonido de los contrabajos en el segundo movimiento, ahondando en el lirismo del penúltimo tiempo y concluyendo entre el apoteosis y el humor. Es que Mendelssohn tiene esa virtud de alegrarnos y hacernos sentir bien.

Sir Mark Elder busca efectos del metal y la percusión, resultando a veces estridentes. El día siguiente, con Mendelssohn de nuevo, inició con la Obertura en re mayor. La denominación de "Mar en calma y Viaje feliz" nos ubica en la acción, con el sutil fluir del agua y los penetrantes contrabajos y maderas.

La Primera Sinfonía desata el temperamento del otro niño prodigio de la Música, hermano de la talentosa Fanny y pariente del padre de la Filosofía berlinesa (Moses Mendelssohn). El abrupto Allegro dará paso al serpenteante y delicado Andante. Las diferentes voces recuerdan a la manera contrapuntística de Johann Sebastian Bach. El sonido central de los violonchelos logra un efecto interesante en el Menuetto con el metal y las maderas contrapuestas. El final, con el Allegro con fuoco, parece una trepidante prueba de velocidades.

Con la belleza de la Obertura de Las hébridas, de hermosos trazos graves y de otros líricos entrelazado por parte de la cuerda se dará paso a la Sinfonía Escocesa.

La amplitud cordófona resaltó por su homogeneidad y su absoluta entrega, mediante el pizzicato del Adagio. Unicamente el reverberante e intenso Allegro vivacissimo tuvo algunos desajustes en el oboe.

Os recomiendo el Mendelssohn sinfónico de Sawalish (Philips) y las oberturas de Masur (Berlin Classics). Tampoco os conviene olvidaros del sello de la orquesta del Reino Unido, con maravillas como The Wasps

Concluyo con el apropiado y definitorio lema de la Orquesta Hallé: "In a world full of noise, we need to listen carefully to the things worth hearing".

martes, 26 de mayo de 2009

De Burgos al este de Alemania


Rafael Frühbeck de Burgos fue invitado de la Filarmónica de Dresde en la temporada 2003/04, para convertirse un año después en su director principal. La búsqueda de la esencia y sonido sajones constituyeron un reto al que Frühbeck intentó aportar aires mediterráneos.


Los integrantes de la antaño zona soviética alemana cuentan con un rudimentario pero eficaz Palacio Cultural en el centro mismo de la ciudad, que desde 1969 dinamiza la actividad musical de la región sumándose a la formidable Staatskapelle.

El programa elegido no podría haber sido mejor: las Sinfonías brahmsianas. En un enrarecido orden, la Tercera dio paso a la Primera. La plenitud cordófona, algo ahogada en el fraseo, inició el primer movimiento de la número 3. Las trompas estuvieron realmente estupendas. El segundo movimiento se caracterizó por el sonido cálido y sugerente de las maderas y el tercero tuvo un solo de trompa ejemplar. El cuarto de los tiempos quedó definido por el ritmo desde el principio, resultando emocionante desde el comienzo.
Pese a todo, la versión resultó densa y ralentizada, con un volumen orquestal pero no individualizado en cada una de las voces.

Iniciada en 1882 y terminada el verano de 1883, la Tercera se estrenó el 2 de diciembre de 1883 con Hans Richter y la Filarmónica de Viena. Cualquier visita al pasado en la manera compositiva brahmsiana tenía en Beethoven a su espejo reflectante. Así, como asegura Paul Henry Lang: "Todas las corrientes que fluyen de Brahms hacia atrás, en Beethoven brotaban hacia adelante". Y es que la sinfonía recuerda al autor de Fidelio, indiscutiblemente.

Finalizada en septiembre de 1876, pero estrenada el 4 de noviembre con Felix Desoff en el podio de Karlsruhe, la Primera sinfonía, de Brahms, tuvo otra primera representación con el compositor batuta en mano tres días después, en Mannheim. Brahms logra un equilibrio entre el Clasicismo y el Romanticismo aportando originalidad. Han von Bülow la apodó la "Décima", ya que el maestro de Bonn había concluido su "Novena". La inseguridad y la falta de madurez le hicieron esperar a Johannes 22 años, hasta enfrentarse a esa forma compositiva denominada sinfonía. "¡Nunca compondré una sinfonía! No tienen ni idea de cómo nos sentimos las personas como nosotros cuando oímos los pasos de un gigante como Beethoven detrás de nosotros", aseguraba el autor del Réquiem alemán.

Esto de la masa sonora le va como anillo al dedo a Frühbeck de Burgos, que logró transmitir una apasionada interpretación desde el percutivo inicio. Una versión, ahora sí, redonda con el elenco de atriles germánicos. Oleada de aplausos y puestas en pie por parte del público a lo que el maestro respondió con una Danza húngara y repertorio zarzuelístico patrio.

Les recomiendo unas cuantas y recientes grabaciones. Para empezar, las que ha editado en SACD el sello holandés PENTATONE con las sinfonías del hamburgués, la Sinfónica de Pittsburgh y Marek Janowski. En cuanto a la Primera, me quedaría con las versiones de Giulini (D.G.) o Jansons (SIMAX). No nos olvidemos tampoco de las integrales de Solti, Karajan, Szell o del visionario Gardiner. También, tengan muy en cuenta a Marin Alsop y a Bernard Haitink.

lunes, 25 de mayo de 2009

Sabores hispanos


Tras una exitosa gira por el Reino Unido (Symphony Hall en Birmingham y Cadogan Hall en Londres), volvieron los músicos de la Orquesta Nacional para ofrecernos el penúltimo programa de la temporada. Las obras que presentaron por las tierras del Imperio y las que interpretaron en nuestro Auditorio fueron las mismas. Las Danzas fantásicas, de Turina, y el Concierto de Aranjuez, rindiendo un merecido homenaje a Rodrigo en el décimo aniversario de su fallecimiento, ocuparon la primera parte. Maurice Ravel centraría la totalidad de la segunda parte, con sus Alborada del gracioso, Rapsodia española y, cómo no, el Bolero.



Mientras escuchaba mis siempre admiradas y criticadas Danzas fantásticas, recordaba aquella sublime grabación de Max Bragado y la Orquesta de Castilla y León. Parecía como si los mejores tiempos de Argenta estuvieran apoderándose de la Nacional, en un Turina de nota. El tipismo y el españolismo se ensamblaron con el sabor de la escuela francesa (Schola Cantorum), de D'Indy. La homogeneidad de la agrupación resaltaba los diferentes climas de la "Exaltación". El inicio del "Ensueño" nos remontaba a Dukas y el apoteósis de color vino con lo intenso y veloz de la "Orgía", con unos vientos un pelín altos, aunque regulados y homogéneos. Descomunal en cuanto al despliegue de medios y de rápida captación entre el público menos asíduo, nos mantuvo a unos y a otros con la respiración contenida.



José María Gallardo del Rey fue el guitarrista escogido para dar luces, y alguna sombra, al reconocible Concierto de Aranjuez. Conocedor de lo técnico y mucho de lo mecánico, tradujo con un concepto algo libre esta universal melodía. El Allegro con spirito desató una belleza intrínseca entre el sonido solista y el de la orquesta, para desatar emociones a flor de piel con el Adagio. Con el Allegro gentile terminó el experto percutidor de la cuerda una versión algo falta de intensidad pero nutrida y polícroma a nivel sinfónico. Gallardo del Rey, tras las numerosas aclamaciones, nos regaló dos propinas: Canarios, dado el uso que Rodrigo había hecho de la misma, de Gaspar Sanz y su propia composición In memoriam a Django Reinhardt ("el mejor guitarrista de todos los tiempos", como apuntó). Les recomiendo que escuchen "14 Maneras de echarte de menos", en recuerdo a Piazzolla, y el variado "The trees speak" (D.G.).



Ravel tuvo su momento de gloria con la rítmica acentuación, los aromas de misterio y la intensificación temática, en la Alborada del gracioso. La Rapsodia española inició hipnótica y oscilante, para continuar en un marcado sonar y un complejo inicio de la cuerda resuelto con exotismo en la "Habanera". La "Feria" marcó ese carácter intenso, festivo y de algarabía sugerente y animosa que puso punto y fin a la pieza.



El comienzo del Bolero mundialmente respetado lo pusieron dos móviles politono. Pese a tal desconsideración por parte del público, el ritmo in crescendo en este juego armónico de ascensos y matices tuvo una interpretación de bravo. Las melodías, cual pieza de Glass o Reich, se repiten cambiando el modo y el volumen. Sucumbimos al carácter hipnótico de la música, en un balanceo y un ir y venir de ráfagas melódicas. La música va a más, nunca a menos, en un no parar que contagia al oyente sumergiéndolo en su delirio de suma instrumental. Escuchad el Ravel de Munch, Paray y, para los historicistas, el de Van Immerseel. Ya me contaréis



Muy buen trabajo el de Pons y los suyos




jueves, 21 de mayo de 2009

Nach der Musik o Un Padre Musical


Atrajo mi atención uno de los banners de la web de recomendada visita http://www.klassik-heute.com/ . Se trataba de la película "Nach der Musik", de Igor Heitzmann. Tras visionar su trailer en http://www.nachdermusik.de/ o en http://www.youtube.com/watch?v=fAGE7ZSnn78 me sentí necesitado de comentar las vidas de un padre y su hijo a través de la música, las vivencias de dos mujeres y la Historia de las dos Alemanias o los dos Berlines.


El austríaco Otmar Suitner (Innsbruck, 1922) recibió clases de dirección en el Mozarteum salzburgués con Clemens Krauss, para ocupar posteriormente, por dos años, el Landestheater de su ciudad natal. Fue Generalmusikdirektor en Remscheid y Kaiserlautern hasta 1960, fecha en la que se haría cargo de la Staatskapelle de Dresde. "El período más feliz de mi vida", como asegura en el documental. Recuerdo las brillantes versiones grabadas de sus óperas de Mozart, con las voces de Schreier o Adam, las operetas de los Strauss o su visión contemporánea de la música, haciendo Hindemith o Dessau. Pero la titularidad en el Berlín soviético de la Staatsoper Unter den Linden le mantendría durante 26 años al frente de la misma, en absoluta sintonía y logrando los más altos premios y llegando a ser aclamado en Japón. Tengo un especial cariño por aquel Alfonso und Estrella schubertiano, junto a Prey, Mathis o Fischer-Dieskau y los berlineses.


Igor, director y genial artífice de recuerdos y de avivar pasados, nace del amor de un padre en la cuarentena y casado en el este y de una madre que trabaja en el Festival de Bayreuth y que supera con poco los veinte años de edad. Suitner contaba con el pasaporte austríaco ("sólo podíamos pasar libremente la frontera unas cuantas personas -de la Ópera-", recuerda), lo cual le permitió dar una imagen exterior de aparente normalidad en la DDR (RDA, para nosotros). El pabellón hace aflorar la vena sensible de ambos, tanto de Renate como de Otmar. Allí le dijo que no sería capaz de conquistarla. En realidad, ya lo había hecho.


La Stasi estuvo al tanto de sus pasos, como lo demuestra un fragmento de la película, en el que Suitner se siente molesto por las mentiras que en él se dicen, aunque posteriormente bromea sobre este hecho.


Marita, su esposa formal en el Berlín comunista, sabía de la existencia de Renate. Parece insólito pero ambas mujeres le adoran. Especialmente Renate se hace adorable a la cámara. Cierto es que el Berlín oriental le ofreció oportunidades y una cómoda vida, auque sólo pudiera ver a su amante y a su hijo los fines de semana.


Heitzmann ha logrado emocionar, con este retrato a su octogenario padre que tuvo que dejar la dirección de orquesta debido a un Parkinson prematuro que le obligó a abandonar la berlinesa Staatskapelle. Momentos estelares son cuando Suitner recuerda pasajes mozartianos (Sinfonía nº39, por ejemplo) o de Strauss (Die Libelle), comparte una comida italiana entre sus dos mujeres y el hijo o cuando acude a los ensayos de dirección en el Conservatorio vienés, donde dio clases. Un viaje final a Innsbruck hace retomar las raíces de padre e hijo, visitando la tumba de sus ancestros.


El momento culminante, aunque nos de pena pensar que se va acabando el visionado de este recorrido por los sentimientos y la mejor música, es cuando forzado por el hijo dirige su adorada Staatskapelle anexa a la Bebelplatz de la detestable quema de libros nazi y frente a la excelente Bibioteca Nacional y a la ilustre Universidad Humboldt.

Recuerdos, alegrías, vueltas al pasado con guiños y melodías a una vida...

sábado, 16 de mayo de 2009

La Naturaleza seduce a la OCNE




Josep Pons propone un transcurso del año 2009 al 2010 con la justificación y desarrollo temático de la Naturaleza, remitiéndose a composiciones y a piezas orquestales para cuya creación la Madre Gaia tuvo mucho que decir.


Mahler parece haber ensimismado a Pons y, en un triple aniversario, se programarán en este próximo curso las sinfonías Segunda (Resurrección) y Novena. Cierto es que Pons le pone ganas pero no siempre logra transmitírselas a los músicos. Elihau Inbal, reconocidísimo mahleriano que debutará en el operístico Real, podría haber sido una de las batutas invitadas ligadas a la OCNE. Capacidades le hubieran sobrado, ya que en su período al frente de la Radio de Frankfurt dirigió un espléndido ciclo que DENON llevó al mercado del CD y que Brilliant compraría sus derechos con posterioridad. También Leonard Slatkin (que vendrá de nuevo) hubiera podido transmitir aquello que ve en Mahler, como hizo en St. Louis. Así es Pons, un inagotable luchador. Para la Segunda, contará con una apetecible tesitura en la voz de Anna Larson (mezzosoprano). Mahler inicia y cierra la temporada


El estupendo trompista Javier Bonet, en su aventurera trayectoria de gusto por las complejidades instrumentísticas, se hará cargo como solista de la obra que la orquesta designó como encargo a Salvador Brotons. Pons, volverá a ese lenguaje por el que se siente tan atraído que es el de tardorromanticismo, con un Bruckner que dejará huella con su Cuarta y esa obertura a la tremenda obra de Von Weber, denominada El cazador furtivo.


Gilbert Varga inció la transición junto a Christian Mandeal para una mejor orquesta en Euskadi. El hijo del sinónimo del arco húngaro (Tíbor) servirá las Acuarelas vascas, del Padre Donostia, que aprendió en su estancia en el norte de España, junto al virtuoso Serguéi Jachatrián, el Segundo concierto, de Max Bruch, y los Planetas (incluyendo el Plutón, creado por Colin Matthews tras su descubrimiento).


El segundo encargo a la OCNE, lo dirigirá el compositor y director de orquesta Peter Eötvös y será Mandala, de Fabián Panisello. Carolin Widmann adaptará Seven, del propio Eötvos, y la versión del 43 de la Noche Transfigurada concluirá el concierto


Tres veladas de Carta Blanca le esperan a Cristóbal Hallfter, representante de la denominada "Generación del 51". En mayo de 2008 fue estrenada su segunda ópera, Lázaro, en Kiel, para conmemorar el Centenario de su Teatro de Ópera. Tan sólo cinco años atrás, el 4 de agosto de 2003, se dio el estreno mundial del Adagio en forma de rondo para orquesta, comisionada por la Filarmónica de Viena, en el Festival de Salzburgo dirigido por Semión Bichkov.
Introdujo Hallfter en sus obras el dodecafonismo, el serialismo, la atonalidad y la música electrónica en sus composiciones. Tendremos el Concierto para piano y orquesta (con Nicolas Hodges), Tiento de primer tono y batalla imperial, Concierto para violonchelo y orquesta nº2 (con Asier Polo), Dos ecos y sombras y Preludio para Madrid 92. El mismo Halffter completará sus dos sesiones con Anton Webern, Richard Strauss, Vaughan Williams y Stravinski.


La australiana y operista Simone Margaret Young ha sido bendecida por la crítica tras ser la primera directora tanto de la Filarmónica vienesa como de la Ópera Estatal de la capital austríaca y por su labor al frente de la Filamónica de Hamburgo. Parece que no todo se resume al pasado de una Boulanger, sino que hay batutas femeninas con indiscutible talento como lo demuestran JoAnn Falletta o Marin Alsop. La Misa nº3, de Anton Bruckner, que conoce de sobra, y El cántico a las siete estrellas, de García Abril, que le es menos familiar aunque se llame como el anterior pero con tilde.


Lalo y su pintoresca Suite española tendrán en Leticia Moreno a su despampanante interlocutora, con dos sinfonías de Mozart en medio: las número 27 y 40 del de Salzburgo. Pons desde el podio coordinará la función.


Kazushi Ono, director en la Ópera de Lyon que fue alumno de Sawalisch y Patanè en Baviera, acompañará al a veces plano Lars Vogt en el Primero de Brahms. La Sinfonía alpina, de Richard Strauss, ocupará la segunda parte. Para esta obra se debía haber contado, quizá, con Wit. La Staatskapelle de Weimar y el polaco demostraron que se entendían a las mil maravillas en el universo campestre straussiano.


Así como la anterior temporada contamos con expertos en esto del llamado Historicismo como McCreesh, Goodwin o Andreas Spering, en este ciclo la crisis hace acto de presencia con un exclusivo concierto. Viene un coloso y especialista en Bach, no me interpreten mal, llamado Ton Koopman. El Oratorio de Navidad cerrará el 2009 con el creador de la Orquesta Barroca de Ámsterdam. Este clavecinista no para, le apasionan las cantatas de Johann Sebastian pero también se acerca, y cómo, a los Mozart padre e hijo.

Los valencianos de Bétera denominados a sí mismos como los Spanish Brass Luur Metals se sentirán arropados por muchos de los vientos de la Nacional que son paisanos suyos, con una obra de Lluis Vidal hecha exclusivamente para estos jóvenes. Une barque sur l'ocean, de Ravel, y La consagración de la primavera, de Stravinski, cerrarán el programa. Pons se sentirá genial en este repertorio que domina y conoce magníficamente.


A principio de 2010 vendrá Tan Dun, creador de la sinfonía Heroica para YouTube (http://www.youtube.com/watch?v=Tqiro1kdRlw&feature=related) y de músicas fílmicas de orientalizantes e históricas ambientaciones (Hero, Tigre y Dragón o El Banquete). En su habitual estilo, esperaremos de su Concierto para piano unas sonoridades amplias con recurrencias a elementos folclóricos de tiempos ancestrales o de las culturas populares actuales. Lang Lang, esta vez sin Slatkin, estará regido desde el podio por Tan Dun.


Martínez Izquierdo primero, después Oue y ahora Pablo González. La OBC ha fichado a su nuevo titular. El eficaz asturiano se enfrentará a Mahler y Das Knaben Wundenhorn, a Mendelssohn (celebración un poco tardía) y su Die erste Walpurgisnacht y Los fusilamientos de Goya, de Andrés Valero-Castells.


James Conlon, conocido por ocupar la dirección de la Orquesta Gürzenich de Colonia, la Ópera de Los Ángeles o del Festival de Ravinia, también ha dejado sobrados ejemplos de los músicos que sufrieron la persecución y la muerte a manos de los nazis. Ofrecerá su buen hacer con los nuestros, en piezas de Músorgski (Scherzo, Intermezzo y Marcha), Dvorák (Otelo) y Brahms (Sinfonía nº1).


El repertorio que mejor conoce Rafael Frühbeck de Burgos será el que nos ofrezca junto a Ruth Ziesak: la Misa beethoveniana. Después, la Quinta, de Chaikovski. Casi nada...


La pasada Quincena Musical Donostiarra pudimos contemplar a la Orquesta Sinfónica SWR de Baden-Baden y Freiburg en magníficas condiciones tras la labor de Gielen y Cambreling, en los últimos tiempos con unas audiciones de lujo con lecturas de Messiaen y Bruckner. El francés vinculado, también, al Klangforum Wien y al Teatro de la Monnaie de Bruselas, nos seducirá seguramente con Britten (Peter Grimes) y ahondará en Saint-Saëns (Concierto para violonchelo nº1) y Schumann (Sinfonía nº3, Renana).


Ya en el mes de marzo, Haydn y Las estaciones. Pons podría haber optado por Il Ritorno di Tobia que no es en absoluto conocido pero es una maravilla de oratorio haydniano. Para los cambios climáticos del año contará con Elena de la Merced, como voz sopranil principal.


A pesar de la carencia de batutas historicistas... Para este Haydn es una pena no volver a contar con Spering, pero bueno, lo mejor de la temporada está aquí a finales de marzo y durante el mes de mayo...


A Yakob (prefiero la transliteración del cirílico al español, Iakob) Kreizberg, que es hermano de Semión Bichkov (el titular de la WDR de Colonia), ya le conocen en Holanda por dirigir la Filarmónica, que viene la última semana de este mes de mayo de 2009, y la Nacional Rusa de Pletnev. Julia Fischer, la jovencita violinista que hace saltar chispas a su instrumento, ha contado con Kreizberg en muchas ocasiones, principalmente para sus registros en Pentatone. Para estas fechas, la oriental bachiana Akiko Suwanai ofrece el sublime Concierto de Mendelssohn arco en mano. De don Felix, de igual manera, su opus 26. Conocedor, como su hermano Bichkov, del sinfonismo de Shostakovich, la dedicada al "Año 1905" va a propiciar muchos comentarios al respecto.


Fedoseiev nos trae los sabores de Rusia, con Scriabin, su Poema opus 54 y el, menos frecuente, Concierto para piano y orquesta (junto a Volodin). Todo ello, acompañado por el aroma pastoral de Beethoven. Desde los años setenta viene ostentando el podio del la Orquesta de la Radio moscovita, denominada "Chaikovski" y el del segundo conjunto orquestal de Viena.



Las hermanas Labèque, que han pasado hasta por el flamenco de Mayte Martín, ofrecerán un variado programa que incluye música de Ginastera, Piazzola, Debussy y el encargo de Joan Albert Amargós.


Franz Peter Zimmerman presentará el Bartók que recientemente ha llevado al CD, con el Concierto nº2 para violín y orquesta. Por otra parte, el vibrante Willard White será el barítono de El castillo de Barba Azul, en este monográfico homenaje a Béla Bartók.


De diez los programas siguientes. El británico Andrew Davis con el galardonadísimo Nikolái Znaider harán honor al Imperio con Purcell y la chacona transcrita por Britten, el Concierto para violín, del pomposo Elgar, una piececita adorable, de Liadov llamada El lago encantado y el Pájaro de fuego, de don Ígor Stravinski, en la versión de 1919.

Slatkin repite con su sonido hollywoodiense, acompañado por esa joya de pianista que es Stephen Hough (nunca olvido ese Rajmáninov con Litton y la Orquesta de Dallas). Prepárense para la Rapsodia sobre un tema de Paganini. Berlioz y su Fantástica prometen momentos de gloria.


Mahler, comienzo y fin de la temporada, hará su triunfal cierre con la Novena. Deseo, humildemente, todo lo mejor para nuestra orquesta, sus profesores y su titular.

lunes, 11 de mayo de 2009

Dos joyitas desconocidas

Aquí os dejo un par de recomendaciones para que empecéis con buen pie la semana... Espero que os gusten tanto o más que a mí.


Tenéis por un lado una delicia de CD con el desconocido pero genial de los Bach de Erfurt, que era primo segundo del kantor de Leipzig y que ejerció en Magdeburg y Eisenach. Además, viene aderezado por un Telemann exqusito que se enlaza con el estilo de los Arroyo alemanes. Gracias al Bach Concentus por su historicismo y autenticidad y al sello Accent.





Por otro lado, un Hummel que es un regalo en sí mismo por la calidad de las piezas y lo desconocidas de las mismas y, desde luego por su precio, en el sello Naxos. Este CD ha ganado el Editor's Choice de febrero del año pasado, en la Revista británica Gramophone. Pocos discos me han hecho disfrutar tanto por tan poco dinero. Un Hummel de por sí desconocido suena imponente en las lecturas de Christopher Hinterhuber (piano) y la Orquesta Sinfónica de Gävle, con Uwe Grodd. Por momentos recuerda a Beethoven y se escribieron entre 1820 y 1833 demostrando un dominio asombroso del teclado. Niño prodigio en la era romántica, su línea melódica y su contrastada intensidad hacen de su escucha un interesantísimo descubrimiento.
Versiones de absoluta referencia.

La madre Rusia


Dmitri Kitaienko ofreció con nuestra Orquesta Nacional aquello que conoce de sobra: Prokófiev, Shostakóvich y Rimski-Kórsakov. Kitaienko es un heredero de la larga tradición directiva rusa y vivió los años de esplendor en Leningrado y Moscú. Operista pero pronto titular de la Filarmónica moscovita, comparte junto a Rudolf Barshái esa pasión por Shostakóvich que les ha llevado a competir discográficamente por un merecido sobresaliente en cualquiera de los dos casos. Curiosamente la ciudad alemana de Colonia les ha llevado a grabar integrales en Brilliant (Barshái junto a la Radio de la ciudad) y Kitaienko, en Capriccio en calidad SACD, con la Gürzenich).


"Estoy libre por el momento", comentaba ilusionado el director. Acaba de grabar para el sello Phoenix la integral de sinfonías de Prokófiev y reside entre la región alemana de Suiza (Berna) y el lujoso Hotel Excelsior frente a la Catedral de Köln. La relación con la que fuera agrupación de James Conlon fluye, preferentemente en sus registros sonoros.
Con suma dedicación, fue definiendo con claridad los matices en los ensayos y en el posterior concierto del matutino domingo madrileño. Su mujer estuvo atenta en todo momento.


El concierto dio comienzo con esa obertura a la patriótica ópera Guerra y paz, de Serguéi Prokófiev. El abrupto desajuste del inicio no amargó el desarrollo de la pieza que sirve de introducción a los textos de Tolstói. Recordamos, lógicamente asociándolos, el tema argumental de la Obertura 1812, de Piotr Ilich Chaikovski. Lectura de importante sabor y contundencia llevada con marcada claridad y conocimiento por Kitaienko. Gergiev grabó completa en disco esta ópera en el sello Philips, en una reluciente grabación junto a los cuerpos estables del Kírov del actual San Petersburgo.


La hermana de otro genio del arco nos visitó, me refiero a la violonchelista Tanja Tetzlaff. Como ya lo hiciera su hermano Christian con el Concierto de Alban Berg, Tanja se lució con su Guadagni y con el endiablado Primer concierto, de Dmitri Shostakóvich. Rostropóvich dio la suficiente tranquilidad a Dmitri para componer para un instrumento solista que le era desconocido, como ya había confiado en Oistraj para hacerlo con el violín. El nivel dramático captado por Tetzlaff fue reconocido con múltiples aplausos, también esa destreza danzarina para manejar el arco y, pese a quedar ensombrecida pocas ocasiones por la densidad orquestal, salir triunfante. La coda destinada a la celesta definió claramente al autor, antecedida por el preciso sonido del trompista, y la extensa cadenza del tercer movimiento nos mantuvo en un vértigo musical positivo aunque nocivo para corazones hipertensos. Ante la aclamación general, Tetzlaff optó por Bach y una de sus deliciosas suites. ¡Menudo Johann Sebastian nos obsequió!. La cajita que representa a un jovencito Rostropóvich en Brilliant, incluye una magnífica opción del concierto junto a Gennadi y los músicos de la radio moscovita, aunque Müller-Schott tiene una genial lectura con la Orquesta de la Radiodifusión bávara y Iakov Kreizberg (hermano de Semión Bichkov y próxima batuta en subirse al podio de la Nacional), en Orfeo.


La segunda parte nos sumergió en el maravilloso mundo de las Mil y una noches, en un incesante flujo musical. Lo exótico de Rimski-Kórsakov quedó marcado por un concertino de la talla de Serguéi Teslia, que nos hizo lagrimear a unos cuantos. Los solos de violonchelo, fagot y flauta estuvieron magníficamente definidos por los profesores de la Nacional. Un concepto muy ruso el de retardar e intensificar algunos matices llevaron a Kitaienko a alargar la pieza, en un apoteosis de color. Sherezade y sus toques de reminiscencias españolas y el carácter orientalizante marcaron una exitosa segunda parte y demostraron, una vez más, que nuestra agrupación va in crescendo.



Cerramos las partituras cirílicas del maestro Kitaienko en estas temperamentales y sentidas lecturas, con la sensibilidad a flor de piel.


Grabaciones hay muchas, por no decir miles. De las últimas interesantes: Spano (Telarc), Gergiev (Philips) o Bakels (de sorprendente sonido en BIS). No debemos olvidar, jamás, a Kondrashin y la del Concertgebouw de Ámsterdam (Philips) ni la barata del sello Naxos. Tampoco lo hizo mal Barenboim con los de Chicago, en Erato.