Elias Canetti comentaba que "la música constituye la Historia de la Humanidad". Jordi Savall ya es parte de ella. Con motivo del décimo aniversario de su sello, ALIA VOX, presentó en la Residencia de Estudiantes el pasado jueves, 5 de febrero, su último viaje musical titulado "Jerusalén, la ciudad de las dos paces".
En el acto, al que acudió el propio Savall, se plasmó el deseo de que Jerusalén se convierta en la ciudad de las dos paces a través del lenguaje universal de la música. Manuel Forcano señalaba que es "un homenaje a una ciudad única, un alegato a una paz que se anhela y es necesaria". "Nunca se ha logrado dicha paz, pese a ser una de las cunas de las tres religiones monoteístas", apuntaba.
Jordi Savall junto a su mujer, Monserrat Figueras (cuya no asistencia disculpó su esposo), tuvieron la sensación de "estar en el pasado y en el presente", durante su estancia israelí. "Al estar alzada parece que uno se encuentra más cerca del cielo", recordaba Savall. "Además, allí fue donde nació la idea de crear ALIA VOX, en 1997", nos aseguró.
El problema a la hora de abarcar el proyecto consistió en la magnitud frente a la que se encontraba, "¡más de 3.000 años de Historia!". Se sucedieron visitas a la Iglesia armenia, al barrio ortodoxo, etc. El cuerno de carnero, junto a decenas de instrumentos como las trompetas telescópicas, apasionaron a Savall y los suyos. "Es una ciudad que tiene un reto que parece imposible, pero con esto manifestamos el poder conciliador de la música", se dijo.
La dilatada Historia de Jerusalén ha quedado marcada por las destrucciones y las construcciones de los diferentes ejércitos dominantes: cananeos, asirios, babilonios, persas, macedonios, romanos, bizantinos, árabes, fatimíes, cruzados turcos, protectorado inglés...
Durante estas dos horas y media de música, dividida en siete partes, se intenta plasmar los diferentes cultos, con textos del Talmud o del Sueño de Solimán, entre otros. "Podemos escuchar las diferentes voces de Jerusalén, sus sensibilidades, su humanidad y sus diversas creencias", apuntaron.
El aspecto reivindicativo de Savall, con respecto a una labor que está empezando a realizar el INAEM en materia de música antigua, vino con el comentario real que "en España llevamos siglos de retraso con respecto a Alemania, que entorno al 1800 Mendelssohn ya se ocupaba por recuperar la música de Bach y sus contemporáneos".
Un orgulloso Savall hizo hincapié en dos de sus próximos lanzamientos, como serán una "tragedia o epopeya sobre los cátaros, que tuvieron su último refugio en Cataluña y; en 2010, un proyecto sobre la dinastía de los Borgia".
Finalizaré con una bonita reflexión de Jordi Savall: "La paz de Jerusalén no puede ser una utopía, es un deber y una esperanza".
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