viernes, 28 de noviembre de 2008

Jóvenes aunque sobradamente cualificados



Ayer el Auditorio Nacional acogía a la Orquesta Sinfónica Juvenil del Homenaje al Sistema de Orquestas de Venezuela. Juventudes Musicales apostó por este conjunto, nutrido por jóvenes hispano parlantes (en su mayoría venezolanos), españoles y norteamericanos. La Joven Orquesta Nacional constituía la práctica totalidad del conjunto, engrosado por miembros de la New World Symphony y dos nombres que significan en sí mismos el nivel magistral de las enseñanzas iniciadas por el Maestro José Antonio Abreu: Fran di Polo (concertino y miembro fundador de la Orquesta Simón Bolívar) y Alejandro Alberto Carreño (concertino de la Orquesta Simón Bolívar y miembro de la Orquesta del Festival de Lucerna). Ellos son el futuro de la música, de la pasión por este arte. Es un deber de todos hacer llegar la música a cualquier rincón del planeta, eliminando clichés o falsos y arcaicos prejuicios.


Empezó su director, el talentoso Pablo Mielgo, con Brahms y el apasionado “Primer Concierto”. El volumen orquestal quedaba por momentos excesivamente disminuido, dando pie a una mejor escucha del representante pianístico de nuestro país: Javier Perianes. Técnico, melancólico y virtuoso serían tres de los adjetivos que resumirían su lectura. Buen sonido grupal, con algún fallo de fraseo. Sonido beethoveniano, uso incisivo el metal, ensamblada y vibrante la cuerda, leves fallos de la madera y reverberante percusión.


En Chaikovski y la mediana de su último trío sinfónico, la “Quinta”, el fraseo se relentizó para enfatizar ese lenguaje exultantemente romántico a la vez que patriótico y marcadamente ruso. La cuerda fue adoptando un ritmo cada vez más veloz, con un espléndido -repito- metal. Llegaron al forte hacia el final de la partitura, en el penúltimo movimiento. El apasionamiento juvenil se percibe en su manera de posicionarse, y eso repercute en la escucha. En todo momento el gestual Mielgo daba muestras de ello. La sala estaba inundada en música. Son momentos como este los que emocionan. Aquí se demuestra que el mayor ha de pararse a escuchar al joven, porque así como nuestra juventud parece sumida en el caos absoluto también rebosa de talentosas y prometedoras figuras. Quédense con estos apellidos: Perianes y Mielgo.


Bonito concierto-homenaje que llegará hasta el Carnegie Hall neoyorquino.

1 comentario:

YENES dijo...

Gracias por abrir mentes y espiritu.... Siiiiii mas oportunidades para los jovenessss.... Piezas fantaaasticaaaassss...
ANIMOOOOOOOOO!!! BRAVISSIMOOO!!!!