jueves, 5 de marzo de 2009

El Rey Salomón y la Reina de Saba

Este fin de semana nos visita un historicista muy centrado en las figuras de Haendel y Haydn. Me refiero a Andreas Spering, el director ligado a agrupaciones como la Capella Coloniensis y la Capella Augustina. Se le ha denominado un "sabio traductor haendeliano", con ejemplos operísticos claros y definitorios en HARMONIA MUNDI (Siroe, Re di Persia) y CPO (Imeneo). Su energía y ataque hacen que sus interpretaciones queden incisivamente marcadas. Su labor por recuperar oratorios y cantatas le hicieron nutrirse del sabor palaciego de los Esterházy. En HARMONIA MUNDI, nuevamente, creó un brillante CD dedicado a los aristócratas húngaros y, en NAXOS, Il Ritorno di Tobia y La Creación han recibido las mejores puntuaciones en los expertos foros musicológicos y disqueros.



Nuestra Orquesta Nacional nos trasladará al Barroco esplendoroso de Haendel, en un viaje por los textos bíblicos del Antiguo Testamento, de la mano del último rey de Israel (Salomón) y la reina de Saba. En la tradición de la Iglesia ortodoxa etíope, se señala que Salomón tuvo un hijo con la reina de Saba, llamado Menelik I, quien sería futuro rey de Etiopía, y de quien la tradición dice que sacó el Arca de la Alianza de Israel, llevándosela a su reino.


El experto en la materia, Christopher Hogwood, dice que "Solomon describe una edad de oro que con seguridad podría ser interpretada como el espíritu idealizado de la Inglaterra georgiana. Relacionado con la aspiración de las normas -hacia la justicia, la verdadera religión y la prosperidad- y situado en la más pródiga y lujosa corte que presenta la Biblia, la estructura dramática de Solomon es más de aparato escénico que narrativa". Prosigue no sin atino, escribiendo: "Tiene un tono imperial en todos los sentidos y casi libertino en la riqueza instrumental: para las interpretaciones de 1749 (cuando se estrenó en el Covent Garden londinense) Haendel proyectaba por encima de cien voces e instrumentistas. Los temas, igualmente señoriales, como la afamada sinfonía del tercer acto (La llegada de la Reina de Saba) se basa en fragmentos de Numitore, de Porta, un concierto de Telemann y una giga para teclado de Muffat".
Mis recomendaciones discográficas son las dirigidas por Gardiner y Reuss



Disfruten de la velada

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