miércoles, 3 de febrero de 2016

Wayne Marshall, entre la sala de conciertos, el teatro y el cine


El Ciclo de Conciertos de La Filarmónica, cumple su Cuarta Edición madrileña, trayéndonos en esta ocasión a una de las orquestas pertenecientes a la WDR (Westdeutscher Rundfunk), la importante radiodifusora alemana con sede en Colonia y que da servicio a la región de Renania del Norte y Westfalia. La emisora  posee tres conjuntos musicales bien diferenciados: una Big Band para todos los estilos de jazz, la Orquesta Sinfónica de la WDR (dirigida por el finlandés Jukka-Pekka Saraste) cuida del repertorio Clásico habitual y la Orquesta de la Radio de Colonia tutelada por el pianista, organista y director de orquesta británico, Wayne Marshall (1961), tiende a interpretar composiciones teatrales, de operetas (y óperas), bandas sonoras y videojuegos.

Para este evento, se decidió contar con dos geniales autores norteamericanos: George Gershwin para la primera parte y Leonard Bernstein para la segunda. La obertura del musical Of thee I sing nos hace sonreír desde el primer segundo y nos plasma la elegante y desenfadada escritura musical de Gershwin. Cada instrumento es relevante y nos hace tener la idea de una gran banda de jazz cuyo sonido fluye a favor de la audiencia. Un papel importante tuvo el concertino en su incursión a mitad de la pieza. La dinámica percusión, las trompetas con sordina y la cuerda uniforme le otorgan un especial carácter, propio de Broadway y de la gran pantalla.

Si hay piezas que podamos asociar con el ingenio y la creatividad de los hermanos Gershwin (Ira, su hermano, escribía muchos de los textos de sus canciones), estas serían la ópera Porgy and Bess, la Obertura cubana, Un americano en París y Rhapsody in blue.



En esta última, su autor es capaz de mezclar el poder de la música negra, las diferentes connotaciones del arte popular, la música de banda de jazz y una rapsodia de estructura clásica. Marshall es un pianista experimentado que sabe dejarse llevar sin palidecer ante el desenfreno apasionante de la música de su autor. Todo en George Gershwin lleva consigo una dosis ejemplar de sensualidad y estilo. Clave en esta obra es su inicio que debe ser una compleja escala hacia el agudo a manos del clarinete, en una progresión casi imperceptible. Marshall acelera y disminuye el tiempo, acentuando los matices con vigor y comprensión.



The Gershwin in Hollywood no fue tan solo el álbum creado por el sello DECCA  que dio lugar a un monográfico sobre los dos creativos hermanos, sino que intuía de alguna manera el nombre de la primera de sus piezas escogidas. Marshall la interpretaba ya desde el piano hace unos años, con John Mauceri a la batuta. Este resumen vital hecho obra recupera muchas de sus legendarias canciones, en aproximadamente diez minutos. Robert Russell Bennett demuestra lo buen orquestador que era, resaltando el papel de la orquesta sinfónica y su estilo desenfadado para la sala de baile.

A los músicos de Colonia se les veía disfrutar como niños pequeños, junto  a su nuevo titular desde la temporada 2014-2015.

La segunda parte la ocuparía íntegramente el polifacético Leonard Bernstein, creador de una especie de suite de su reconocible musical West Side Story, llevado por Broadway y el West End, siendo convertida en suite de danzas y terminada por trasladarse al Cine.



Marshall supo llevar con mucho pulso su hilo argumental, detallando cada cuadro de este Romeo y Julieta contemporáneo. Si bien, había cosechado un notable éxito su versión de Candide, sobre el texto de Voltaire, del Teatro Schiller berlinés, junto a la Staatskapelle y los cuerpos de Unter den Linden, en la capital alemana, de mediados de noviembre, en 2011.


Tras los hilarantes cuadros humorísticos de Cándido y cosechar numerosas ovaciones, Marshall se puso a interpretar al órgano de la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Madrid, improvisando de la mejor de las maneras.