El Ciclo de
Conciertos de La Filarmónica, cumple su Cuarta Edición madrileña,
trayéndonos en esta ocasión a una de las orquestas pertenecientes a la WDR (Westdeutscher
Rundfunk), la importante radiodifusora alemana con sede en Colonia y que da
servicio a la región de Renania del Norte y Westfalia. La emisora posee tres conjuntos musicales bien
diferenciados: una Big Band para todos los estilos de jazz, la Orquesta
Sinfónica de la WDR (dirigida por el finlandés Jukka-Pekka Saraste) cuida del
repertorio Clásico habitual y la Orquesta de la Radio de Colonia tutelada por
el pianista, organista y director de orquesta británico, Wayne Marshall (1961),
tiende a interpretar composiciones teatrales, de operetas (y óperas), bandas
sonoras y videojuegos.
Para este evento, se
decidió contar con dos geniales autores norteamericanos: George Gershwin para
la primera parte y Leonard Bernstein para la segunda. La obertura del
musical Of thee I sing nos hace
sonreír desde el primer segundo y nos plasma la elegante y desenfadada
escritura musical de Gershwin. Cada instrumento es relevante y nos hace tener
la idea de una gran banda de jazz cuyo sonido fluye a favor de la audiencia. Un
papel importante tuvo el concertino en su incursión a mitad de la pieza. La
dinámica percusión, las trompetas con sordina y la cuerda uniforme le otorgan
un especial carácter, propio de Broadway y de la gran pantalla.
Si hay piezas que
podamos asociar con el ingenio y la creatividad de los hermanos Gershwin
(Ira, su hermano, escribía muchos de los textos de sus canciones), estas serían
la ópera Porgy and Bess, la Obertura cubana, Un americano en París y Rhapsody
in blue.
En esta última, su
autor es capaz de mezclar el poder de la música negra, las diferentes
connotaciones del arte popular, la música de banda de jazz y una rapsodia de
estructura clásica. Marshall es un pianista experimentado que sabe dejarse
llevar sin palidecer ante el desenfreno apasionante de la música de su autor.
Todo en George Gershwin lleva consigo una dosis ejemplar de sensualidad y
estilo. Clave en esta obra es su inicio que debe ser una compleja escala hacia
el agudo a manos del clarinete, en una progresión casi imperceptible. Marshall
acelera y disminuye el tiempo, acentuando los matices con vigor y comprensión.
The Gershwin in Hollywood no fue tan solo el álbum creado por el
sello DECCA que dio lugar a un
monográfico sobre los dos creativos hermanos, sino que intuía de alguna manera
el nombre de la primera de sus piezas escogidas. Marshall la interpretaba ya
desde el piano hace unos años, con John Mauceri a la batuta. Este resumen vital
hecho obra recupera muchas de sus legendarias canciones, en aproximadamente
diez minutos. Robert Russell Bennett demuestra lo buen orquestador que era,
resaltando el papel de la orquesta sinfónica y su estilo desenfadado para la sala
de baile.
A los músicos de
Colonia se les veía disfrutar como niños pequeños, junto a su nuevo titular desde la temporada
2014-2015.
La segunda parte la
ocuparía íntegramente el polifacético Leonard Bernstein, creador de una
especie de suite de su reconocible musical West Side Story, llevado por
Broadway y el West End, siendo convertida en suite de danzas y terminada por
trasladarse al Cine.
Marshall supo llevar
con mucho pulso su hilo argumental, detallando cada cuadro de este Romeo y
Julieta contemporáneo. Si bien, había cosechado un notable éxito su versión
de Candide, sobre el texto de Voltaire, del Teatro Schiller berlinés, junto a
la Staatskapelle y los cuerpos de Unter den Linden, en la capital alemana, de
mediados de noviembre, en 2011.
Tras los hilarantes
cuadros humorísticos de Cándido y cosechar numerosas ovaciones, Marshall se
puso a interpretar al órgano de la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de
Madrid, improvisando de la mejor de las maneras.