domingo, 31 de enero de 2010

Coreografías instrumentales del Lejano Oriente


No es la primera vez que nos visita el joven pianista chino Lang Lang. En Madrid cuenta con un público entusiasta que le ha hecho aparecer bajo la batuta de Leonard Slatkin y nuestra Orquesta Nacional (Chopin y Chaikovski), dentro del Ciclo de Grandes Pianistas de Scherzo y junto a la Gewandhaus de Leipzig de Chailly, rindiendo tributo a Mendelssohn en su aniversario, con Ibermúsica.



Algunos años después de la denominada Revolución Maoísta, la música de Tan Dun seguía siendo considerada prohibida. Eran tiempos de restricciones frente a la novedad y los influjos occidentalistas. Nuestro compositor reside desde 1986 en la Norteamérica de los minimalistas John Adams, Phillip Glass y Steve Reich. Su nutrida creación toma su inspiración de sus raíces, de esa tradición ancestral de sonidos hipnóticos. En él los recuerdos forman un componente fundamental, ya que cada referencia en el pentagrama resulta ser una cita en su biografía. El agua, a quien dedica uno de sus conciertos, evoca el sonido del río que fluye junto a su antigua residencia familiar, así como a las lluvias interminables que regaban los extensivos cultivos de arroz. También será el papel otro destinatario para un concierto, remontándonos a los inicios de la escritura, de esa artística manera de plasmar el lenguaje del Lejano Oriente.

El autor de músicas para películas como Hero, El banquete o la oscarizada Tigre y dragón, busca un infrecuente efectismo instrumental. Su Sinfonía para la empresa Google/Youtube intenta acercarse en parte a la magistral Heroica beethoveniana. ¡Menudo despliegue de medios! Teníamos toda o casi toda la familia de percusiones imaginables, desde xilófonos hasta llantas de coches tuning. Lástima que esta revitalizante sinfonía tuviera menos extensión que uno de los movimientos de las de Mahler. Algo refrescante se respira en el ambiente de una gran sala de conciertos con obras como esta. Tan Dun reflejaba en su rostro la perfecta conexión establecida con la orquesta, desde los sforzandi hasta los ataques de mezzo a forte.

Por el violonchelo siente una especial vinculación. Para ello, estructuró una especie de poema sinfónico sobre su ópera Marco Polo. "Tanto Cristóbal Colón como Marco Polo han sido dos personajes claves en mi vida", comentó antes de iniciar la ejecución de su segunda pieza. El viaje se inicia a las afueras de Venecia y pasa por la India, finalizando en China. La música, sin ser descriptiva, refleja lo vivo de la partitura. Nada menos que doce violonchelistas forman un círculo frente al compositor-director, entonando palabras, teniendo cada uno de ellos voz propia e, incluso, frotando las cuerdas sin el arco. Las sonoridades resultan inusuales, de una especial sensualidad. Parece un recorrido sonoro por las múltiples capacidades creativo-musicales. No se preocupen, ya que fue un viaje de ida y vuelta en el que primaron lo tímbrico y la paleta de gamas cromáticas. El ritmo parece no decaer nunca en Tan Dun.

Lang Lang pertenece a los medios de comunicación, la firma Adidas ha creado unas zapatillas deportivas en su honor y ya tiene publicada una biografía. Su look desenfadado y cuidado al máximo le confieren ese toque de cercanía al gran público, haciéndole invitado hasta del propio espacio televisivo "El Hormiguero". Tan Dun dedicó su Concierto para piano a este carismático y talentoso pianista. Su brillante técnica le hacía danzar al compás de la trepidante partitura que alguno ha comparado a las escritas por un Rajmáninov o un Bartók. Lo que sí queda claro es que la música de Tan Dun levanta pasiones, renueva el espíritu y uno permanece en activa escucha. Contemplamos la capacidad interactiva de la música, como si lo que sucediera en el escenario fuera siempre una puesta en escena. El yin y yang, el poder y la calma, el mar y el fuego, van y vienen. Los potenciales del solista y la amplia orquestación lucharon entre sí, por momentos enlazándose y en otros pareciendo rivalizar.

Un tour de fuerzas, qué duda cabe. Memorable.

Hace no mucho adquirí en DVD los sensacionales Paper y Water Concerto (OPUS ARTE). También os recomiendo dentro de la serie Juxtapositions los interesantes Tea y Broken Silence. En CD podéis encontrar las vigorizantes bandas sonoras comentadas anteriormente, así como la Ghost Opera (con pipa y el Kronos Quartet) o la retrospectiva hecha por la Filarmónica de Helsinki, en ONDINE.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Jaime. Nos vimos el sábado a la salida del camerino de Tan Dun (Marbella es la clave).
Memorable, fascinante y esperanzador concierto. El futuro de la GRAN MUSICA clásica está asegurado con maestros como Tan Dun. No cabe duda que nuestra ONE esta discurriendo en el camino correcto gracias a infatigables y grandes trabajadores como Ramón Puchades, director técnico de la ONE.Te felicito por tu trabajo en la difusión de una cultura musical que hay que engrandecer sin descanso y que necesita de personas como tu para ello.
FELICIDADES.