domingo, 13 de junio de 2010

Una Ciudad muerta muy viva


Cuando uno escribe, tiende a hacer uso de la memoria. Por ello, Korngold y Die tote Stadt me llevan a recordar a un amigo que para mí supuso ser un mentor: José Luis Gómez Lozano. Las charlas y reuniones musicales que manteníamos a menudo, ya fueran en el Café de El Espejo o en el bar del ya desaparecido Hotel Suecia, constituyeron cimas de aprecio mutuo y de indagación del saber compartido. Tras unos tonos de teléfono, su musical contestador dejaba escuchar unas bellas notas musicales... Al principio pensé que podría ser un Richard Strauss tardío, pero tras preguntárselo me habló de la importancia del enfant terrible Erich Wolgang Korngold. Aquí, en su originalísmo hilo musical telefónico, utilizó una transcripción para violín y piano de la Canción de Marietta que llamaba a la emoción más sincera. Mi recuerdo para ti, por haber podido disfrutar de tu amistad como ser humano y erudito del arte musical.
Una pena que el tiempo pase y recordemos que nos dejaste hace ya unos años, pero el recuerdo y el sentimiento siguen intactos. Ahora, al acudir al ensayo general de esta ópera que te es tan propia, uno se emociona.
Pinchas Steinberg y Willy Decker sumaron y aunarán sus fuerzas durante unas semanas, en una producción que ya fue vista con éxito en Viena, Salzburgo (recuerden también La Traviata de Decker con Netrebko y Villazón) y en Barcelona.

El sabio libreto fue creado conjuntamente por el padre de Korngold, el crítico musical Julius Leopold Korngold (bajo el pseudónimo de Paul Schott) y su hijo pródigo. Éste se basaba en las obras Le mirage y Bruges-la-morte, de George Rodenbach. Su estreno se llevaría a cabo el 4 de diciembre de 1920, tanto en la Ópera de Colonia (antiguamente en Habsburgerring) como en el Teatro Municipal de Hamburgo. El propio Puccini se emocionó al escucharla en Viena y dijo que "Korngold tiene tanto talento que podría dar la mitad y todavía tendría bastante para él".

Si con 19 años nos dejó "El anillo de Polícrates" y "Yolanta", con 23 compuso esta "Ciudad muerta", que no es sino la ciudad de Brujas.

Paul será interpretado por un capaz aunque algo flojo Klaus Florian Vogt, escénicamente perfecto. El pintor llora la ausencia de su amada Marie, de quien conserva toda clase de retratos y sus representativos mechones dorados. La accíón se centra en la habitación, que irá adoptando diferentes "formas" a medida que la acción se sucede y los sueños y obsesiones de Paul hacia su amada fallecida vayan a más.

En la calle (acción que no se representa), el protagonista conoce a Marietta (asombrosamente interpretada por Manuela Uhl). Marie y Marietta poseen un nombre similar, pero también comparten el físico.

La joven, de parecida belleza, pertenece a una compañía encabezada por el bailarín Gastón (Jesús Carames). Las escenas de "cabaret" se suceden (escena de Roberto el Diablo, de Meyerbeer), con referencias claras al expresionismo alemán (iluminación, uso de planos, sombras). Los sueños se convierten en pesadillas, la habitación cobra vida (se desplaza el techo, se suceden procesiones dantescas, la locura se acrecenta).

Lucas Meachem dará vida a Frank, un amigo que pese a intentar ayudar al pintor será víctima de los celos e inseguridades de Paul. Los personajes secundarios son principales para Korngold.

Pinchas Steinberg ha sacado lo mejor de la Sinfónica de Madrid, en la "ópera del psicoanálisis freudiano". No me cabe la menor duda.
La primera grabación que compré sigue siendo la de referencia, con Erich Leinsdorf al frente de la Orquesta de la Radio de Munich, René Kollo, Carol Neblett, Hermann Prey y Benjamin Luxon (SONY-BMG). Las otras dos opciones, son válidas pese a algunos cortes orquestales. La del Festival de Salzburgo de 2004, con Donald Runnicles y la Filarmónica vienesa, tiene en lo vocal a Angela Denoke, Bo Skovhus y Torsten Kerl, y viene sellada por la discográfica ORFEO. Para la grabación en DVD, Latham-Koenig cuenta también con el duo Denoke-Kerl, junto a la directora de escena Inga Levant y la Filarmónica de Estrasburgo (ARTHAUS). Pero, la económica edición de NAXOS cuenta en Leif Segerstam con un buen maestro, con la Orquesta Real de la Ópera Sueca en plena forma, pese a la toma algunas veces algo reverberante. Anders Bergstrom y Katarina Dalayman se desenvuelven con soltura.

Aunque la Canción de Marietta interpretada por Von Otter me encante y tenga entre mis discos de cabecera la versión de Walter Weller con nuestra Pilar Lorengar y la Orquesta de la Staatsoper vienesa (DECCA, 1971), he de reconocer que la interpretada por la preciosa Kate Royal, Edward Gadner y la Orquesta de la English National Opera (EMI), merece muy mucho la pena.
Pese a todo, la versión transcrita para violín y piano sigue en mi corazón.

6 comentarios:

Mari-Matrix dijo...

Que buen escrito... ¿has pensado alguna vez en dedicarte a la literatura? Mira a Javier Marías: decidió que quería ser escritor porque era el oficio que más libertad le daría y ahí que se lanzo... y con éxito... quién sabe querido mensajero.
Pero vayamos a la música y qude dicha el poder opinar en este caso con conocimiento de causa gracias a tú invitación al evento:
Y, como lo mío es el Arte, pues la opinión que te puedo dar es en relación a los decorados que a mí, personalmente, me dejaron fascinada. El montaje es increíble, desaparece el verbo del escenario, el orden de la perspectiva se altera -he aquí las reminiscencias a Der Blaue Reinter y Caligari, entre otras- y llega el ensimismamiento, el encuentro con su sombra, con su interior... Es increíble la potencia visual con la que se va disponiendo el escenario ¡Que bien que se pueda sacar tanto partido al escenario del Real! Creo que el sentido de obra de arte total aquí cobra sentido. Recomiendo a todos los bloggeros que vayan a ver, si quedan entradas, la obra.
Un Saludo a todos!!

Unknown dijo...

Acabo de leer tu artículo y aún me estoy limpiando alguna lágrima...
Gracias por tu siempre bello, tierno , amoroso y erudito recuerdo hacia mi hermano.Todavía conservo la cinta con la grabación de esta bella música y la no menos bella para mí de su voz...

Es un placer leerte y sentir que eres capaz de trasladar al lector a la escena o a comprar locamente, la mejor entrada del Real, o una de las maravillosas versiones comerciales existentes, para mi sin duda la de Erich Leinsdorf junto a C. Nieblet, R. Kollo , H. Prey, B. Luxon y la Munich Radio Orchestra.
Gracias por estar y ponernos o sugerirnos, la banda sonora para el día a día en la vida.
Un gran beso querido Jaime.

Javier Vassallo dijo...
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Javier Vassallo dijo...

Hola Jaime

Qué bien has transmitido lo que se siente al ver esta ópera. Y qué bonito el recuerdo a tu mentor.

El término "obra de arte total" puede resultar algo rimbombante, pero en este caso está plenamente justificado.
Todo, la música, la puesta en escena, el libreto, todo contribuyó a hacer inolvidable esta función.
La verdad es que al principio pensé que todo iba a ser mucho más estático de lo que fué, pero la escena onírica de Paul sentado en un sillón frente a Marie fue el comienzo de un uso fantástico de los medios escénicos sin necesidad de hacer extravagancias estériles.
En fin, todo un éxito que demuestra que la ópera no acabó con Puccini.

En cuanto a las versiones yo tampoco podré olvidar nunca esa canción de Marietta de nuestra magnífica Pilar Lorengar, y eso que, como bien dices, Anne-Sophie nos encante.
Tengo la versión completa de Naxos y me gusta mucho.
Tendré que oir esa versión de Kate Royal e indagaré en mi discoteca si tengo alguna transcripción para violín y piano.

Bueno, pues muchas gracias por tu artículo y espero poder seguirte con más asiduidad.

Un abrazo

javier Vassallo

Anónimo dijo...

Ayer día memorable en el Teatro Real. Con un reparto muy bueno aunque no estuviera Placido Domingo.
http://www.teatro-real.com/Programación/Detalle/?posicion1=3334
Pues bien. El bajo Giacomo Prestia, que nos cantó escenificó el Aria:
A te léstremo addio,
que la canto el domingo en el Homenaje al Maestro Lopez Cobos, y que la cantó con el
Orfeón Donostiarra, no se
si decir que fué mejor escenificada que en concierto, pero lo que está claro que
el Orfeón suplió claramente la carencia de escenario aunque con ellos y su voz siempre están interpretando y actuando.
Ramón Borreguero Estévez

Anónimo dijo...

Jaime qué ocurre, que hace mucho que no escribes nada!!! te echamos de menos amigo..