miércoles, 2 de diciembre de 2009

La Turquía rossiniana


Hasta finales del pasado mes de noviembre se representó en el madrileño Teatro Real una de las óperas turcas más sobresalientes y divertidas de Gioachino Rossini, L'italiana in Algeri. La mezzosoprano búlgara Vasselina Kasarova prometía momentos álgidos, como los que se pueden comprobar en sus grabaciones bávaras para SONY-BMG. El público asistente prefirió el segundo reparto, a pesar de contar en el anterior con el veterano y seguro Carlos Chausson (Teddeo). Kasarova defraudó a los que la admiramos por su amplio registro vocal, capacitado para colorear las arias representativas de Haendel, enfrentarse al belcanto más complejo o resolver con soltura el desenfadado sonido de Offenbach.

Rossini logra transformar la ópera seria en bufa desde el inicio, con una soberbia obertura, que valdría por sí sola como una composición de categoría. La instrumentación dialoga en cada momento, como si cantara.
Sorprende la prolífica escritura del compositor, que había compuesto ese mismo año 1813, además, Il Signor Bruschino, Tancredi y Aureliano in Palmira. La Italiana la concluye en tres semanas.

Adorador de la obra mozartiana, vemos claras referencias al de Salzburg en Il Turco in Italia, acercándose al Così fan tutte. Aquí percibimos, quizás, sumejanzas con Le nozze di Fígaro. Queda claro aquello que decía Ionesco del "valor musical del lenguaje".

Con este montaje, del que pude disfrutar de un segundo reparto con categoría de primero, lo simbólico y el tebeo se dieron cita en perfecta armonía con la ópera. Ejemplos como el barco formado por maletas, el cañón o el tigre, adoraban la obra. Joan Font (Comediants) se esmeró en contribuir a dar luz a una música luminosa de por sí, se cuidó el vestuario con esmero y no se recargó en exceso la escena. La botella de chianti hizo reír al público, así como las referencias a la playa.

La coqueta Isabella de Silvia Tro resultaba ágil y dinámica en todo momento, con una pequeña figura que se transformaba en grande vocalmente. Desde el solo de trompa de Lindoro, David Alegret se encontraba en su rol. Lindoro pareciera hecho a medida del tenor lírico-ligero catalán. Ya pude disfrutar de su personal y característica voz en Viena el pasado mes de julio, en una puesta en escena a la rumana, de la Bayerische Staatsoper, de Il Turco in Italia. Alegret estuvo espléndido en Austria y algo más comedido a nivel expresivo en Madrid. El Teddeo de Bordogna completó el dramma giocoso haciéndolo redondo y mereciendo muchos aplausos. Desternillante y excéntrico final de enredo.
La orquesta, a pesar de algunos errores de fraseo, estuvo más que correcta.
Si desean algunas recomendaciones discográficas y fílmicas, apunten: en DVD la de Horne con el Metropolitan de Levine (D.G.) y, en CD, la de Berganza con Varviso (DECCA) o la de Baltsa con Abbado (D.G.). Aunque la que me sigue encantando es la del propio López Cobos, con Jennifer Larmore, Raúl Giménez y Carlos Chausson, en Lausanne (TELDEC).

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