La pianista Sofya Melikyan y la directora de orquesta Yi-Chen Lin (foto RTVE) |
Para el concierto que
la Orquesta de RTVE, con sede en el Teatro Monumental, el día 25 de octubre de
2019, se tuvieron en cuenta algunos importantes aspectos: contar con la
temperamental y carismática directora de orquesta taiwanesa Yi-Chen Lin, tener
de solista al piano a la enérgica y apasionada pianista armenia Sofya Melikyan,
recordar los orígenes de la forma Sinfonía con la llamada Praga de Mozart y homenajear al genio de Bonn, Ludwig van
Beethoven, en su 250º cumpleaños.
Recordaba la manera
de entender la música de la directora, cuando estuvo al frente de la Carmen de Bizet que ofreció en el
Teatro de la Zarzuela, en 2014. Mantiene un brío muy característico no exento
de matices y con gestos elegantes y amplios, sin olvidar los detalles.
El primer movimiento
de la Sinfonía número 38 de Mozart,
conocida como Praga, se inició de
forma confusa y no demasiado acompasada, para ir in crescendo desde la
segunda mitad del tiempo, el Allegro. Las cuerdas enfrentadas establecieron un
diálogo bien planteado con un momento realmente mágico en su segundo
movimiento, el Andante, resuelto de
manera delicada y con suma claridad. Es un Mozart maduro que avanza hacia lo
que será Beethoven. El Presto fue detallado con melodía y temperamento a partes
iguales. Cuenta el profesor Franz Xaver Niemetschek que es una de las obras
favoritas del público praguense y podría ser escuchada cientos de veces.
Recordemos que Mozart adoraba Praga y mantenía estrechos lazos con el
matrimonio Duschek y que en su Villa Bertramka compuso algunas de sus más
célebres páginas. Llegó a residir en tres ocasiones en la ciudad del río
Moldava y con motivos como los estrenos de sus óperas La Clemenza di Tito y Don
Giovanni.
La ópera Las Bodas de Fígaro cosecha un éxito
asombroso en su premier bohemia y Mozart
parece querer agradecerles con esta composición la entrega de su público.
Fue escrita en Viena y posee algunos guiños a otras partituras como La Flauta mágica y la susodicha ópera,
haciendo uso del ritornello y
mediante astutos diálogos instrumentales.
Tras los merecidos
aplausos, hicieron aparición la solista Sofya Melikyan y la directora Yi-Chen
Lin para enfrentarse al orientalizante y exqusito Concierto para piano y orquesta número 5 de Camille Saint-Saëns.
Desde el inicio del mismo se percibe un gusto por el Próximo y Lejano Oriente
que plasmó el compositor en forma de concierto, tras un viaje que le llevó
hasta el mismísimo Luxor. A veces resulta arabizante y otras sensual y
enigmático. Melikyan supo resaltar la belleza melódica y hacer uso del ímpetu
que requiere esta obra plagada de acrobacias. Ante tan buena ejecución el
público supo agradecérselo a modo de ovación y ella lo recompensó con el Minueto en sol menor de G.F. Handel, en
el arreglo efectuado por Wilhelm Kempff.
La Sinfonía número 2 de Ludwig van
Beethoven marcó la totalidad de la segunda parte del concierto. Aunque se
perciba el paso del Clasicismo al Romanticismo vemos claramente las
recurrencias al modo haydniano sin
quitarle un ápice de contundencia como si de un Beethoven adulto se tratara.
Para el musicólogo George Grove constituye el “punto culminante entre el
Antiguo Régimen, prerrevolucionario de Haydn y Mozart, momento del que
Beethoven va a partir hacia regiones en las que nadie antes de él había osado
aventurarse”.
Su primer movimiento
parece avisarnos de que la próxima sinfonía será la Heróica. Yi-Chen Lin
supo destacar la fanfarria del segundo tema, tener en cuenta los diálogos entre
la cuerda y las maderas, así como resaltar los pianissimos y los tuttis
del final de la composición.