El director de orquesta y clavecinista Aarón Zapico (foto RTVE) |
La musical familia Zapico tiene en Pablo (guitarra barroca y
archilaúd), Daniel (tiorba) y Aarón (dirección y clave), a sus representantes
reconocidos a nivel internacional y creadores del conjunto Forma Antiqva.
Muestra superlativa de su arte son algunas de sus grabaciones para el sello
discográfico Winter and Winter o su reciente trabajo en el Festival de El
Escorial sobre un texto de Jesús Ruiz Mantilla a propósito del internacional castrato, Farinelli.
Para esta segunda presentación y aproximación a la Sinfonía
que nos propusieron los músicos de la Orquesta de RTVE y Aarón Zapico (1-11-19),
se contó con varios destacados atriles de la agrupación, como la concertino
Yulia Iglinova Milstein, Suzana Stefanovic al frente de los violonchelos y
María Cámara en las violas.
Se comenzó con la Sinfonía
de “La Nitteti” de Nicolás Conforto, muy del gusto italiano y del
refinamiento francés, con un inicio de nervio vivaldiano Con superbia y un Andante de modo cortesano. El autor napolitano
fallecería en Aranjuez dentro de la Corte y con el contrato que Farinelli le
otorgó mientras era empresario y que le llevó a ocupar el puesto de Compositor
de Ópera en la Corte madrileña.
Franz Xaver Richter hizo acto de presencia con su Gran Sinfonía número 4, mostrando las
capacidades del amigo de Stamitz, de gustos algo arcaizantes de este músico de
la Corte de Mannheim, con un estilo muchas veces vienés y con riqueza
contrapuntística. Las dinámicas planteadas fueron muy interesantes desde su
primer movimiento, Allegro, para crecerse en su último movimiento, nuevamente,
Allegro.
Jan Dimas Zelenka llegó a ser contrabajista de la Orquesta
de la Corte en Dresde, fue alumno de Fux y Lotti, admiraba a Johann Sebastian
Bach y su música es rica en armonía y contrapunto. Así lo demuestra en su Sinfonía a 8, vislumbrando un gran
ingenio desde el inicio y con unas magistrales intervenciones del fagot y el
oboe, en el Aria da capricho y el Minueto.
Uno de los compositores favoritos y mejor difundidos por los
Zapico y, en concreto, por Aarón, nada menos que miembro del jurado de los
Premios Princesa de Asturias, es José de Nebra. Para la Obertura en tres
movimientos de la zarzuela Iphigenia en
Tracia, se sumaron dos trompas y se desarrolló en un estilo italianizante que
define muy bien la obra del aragonés fallecido en Madrid y que sería organista
de la Capilla Real y en las Descalzas Reales.
El director musical y compositor Johann Stamitz reunió para
constituir la Escuela de Mannheim a maestros de la talla de Johann Christian
Cannabich y Ludwig August Lebrun, bajo
la atenta mirada del Elector del Palatinado, Carl Theodor. Bohemio como
Zelenka, creó nuevas articulaciones, ritmos trepidantes y efectos dinámicos,
como demuestra su Sinfonía a 4, en
sus movimientos primero y tercero.
Que Johann Georg Pisendel estudiara con Torelli y Vivaldi le
otorgó una sabiduría musical que pudo desarrollar con una riqueza instrumental
algo insólita dada la época, con ornamentadas composiciones como su Sinfonía en Si bemol mayor, con dos
flautas, dos oboes, dos trompas y un fagot. Siempre contó con un gusto a la
italiana y fue concertino en Dresde.
Como Johann Sebastian Bach es el padre del Barroco y el
principio y fin de la buena Música, qué mejor manera que acabar un variado
evento como este con la Sinfonía
perteneciente a la Cantata BWV 42 del
autor de Leipzig.