sábado, 31 de enero de 2009

Cuatro citas imposibles de cancelar




A modo de recordatorio, no lo tomen a mal, el Ciclo de Juventudes Musicales de Madrid traerá mañana (día 3 de febrero) al joven heredero de la tradición directiva tras la era Rattle, Daniel Harding. El joven de 33 años de edad ya comparte los podios de la Orquesta de la Radio Sueca, como director principal, y el de la Sinfónica de Londres, como invitado.
Su nombre se vinculó al de nuestro querido Teatro Real, aunque a Mortier no parece caerle del todo bien...
Ahora viene con la agrupación creada tiempo atrás por el maestro Claudio Abbado, la Orquesta de Cámara Mahler. Pese a todo pronóstico, el repertorio será mozartiano, interpretando el Concierto para piano nº 27 y la Sinfonía nº 41 del salzburgués. Paul Lewis fue alumno de Ryszard Bakst, en la Chetham's School of Music y de Joan Havill, en la Guildhall de Londres. Completó su formación recibiendo clases particulares de Alfred Brendel. Después de ser galardonado en numerosas ocasiones, compartirá escenario madrileño desde las teclas con el portentoso Daniel Harding.


En enero de 2001, Christoph Eschenbach fue nombrado Director Musical de la Orquesta de Filadelfia, tras haberlo sido en la Orquesta de París, para asumir dicho cargo en septiembre de 2003. La temporada 2007/2008 marcó el aparente fin a un matrimonio pleno de momentos álgidos. ONDINE ha dado buena cuenta de ello, con soberbias lecturas de Chaikovski (principalmente de la Sexta), tres discos Roussel del que destacaría el que incluye la Segunda Sinfonía, el CD con una espectacular interpretación de la Trágica mahleriana y un actualísmo programa que incluyó Bartók, Martinu y Klein, grabada por los norteamericanos.
Los días 5 y 6 de febrero acude Eschenbach, el pianista reconvertido en director, con la suya, la Orquesta de Filadelfia. Las piezas serán tentadoras en ambos días. El primero, el jueves, dará pie a Schönberg y su Sinfonía de cámara, núm. 1, el Concierto para violín y orquesta, de Sibelius, contará con el valor en alza de Leonidas Kavakos y cerrará tan nutrido programa la Sinfonía núm. 5, de Prokófiev.
El día siguiente, la tradición y la novedad nos harán escuchar a Beethoven y la obertura de Egmont. Matthias Pintscher (1971-) estrena en Madrid Osiris y Schubert finalizá "a lo grande", con su Novena Sinfonía. Atentos al compositor y director alemán M. Pintscher, que estudió junto a Giselher Klebe (en el Conservatorio de Detmold) y en Montepulciano con Hans Werner Henze. Niño prodigio, a los 22 años ya había escrito tres sinfonías y, un año después, condujo su primer ballet. El diario británico The Guardian le calificó de "radical conservative". Juzguen ustedes mismos.


El fin de semana viene un barroquista: Marc Minkowski. Lo hace sin sus músicos del Louvre y con un repertorio que poco tiene que ver con sus últimas aproximaciones a la "música más reciente". Nada de Rameau, ni de Lully o Haendel. En esta ocasión efectuará un nutrido programa, con la chaikovskiana Obertura "1812", la Tercera Sinfonía, de Górecki (con la soprano Olga Pasychnyk) y la Suite de Danzas de West Side Story, de Leonard Bernstein.
Experto en repertorio barroco, de la mano de los músicos de Grenoble, Minkowski me comentaba que está abierto a cualquier música que tenga algo que decir. De hecho, su aporte de color y matices a las operetas de Offenbach o, ahora, a la tarareable melodía de Bizet, han cosechado elogios. Esperemos lo mejor de él, y de su batuta, que deseamos verla dibujar sonidos mágicos en el aire de nuestro Auditorio.


A propósito de la sobrecogedora Sinfonía nº3, de Górecki, de su humanismo y su protesta en contra del horror nazi, me gustaría plasmar a continuación unas palabras de su autor: "Muchos de mis familiares murieron en campos de concentración. Tuve un abuelo que estuvo en Dachau y un tio en Auschwitz. Usted sabe las distancias que existen entre alemanes y polacos. Pero Bach fue un alemán también—y Schubert y Strauss-. Todos tienen un lugar en este pequeño mundo. Todo ello queda tras de mi. Pero la Tercera Sinfonía no trata acerca de la Guerra. No es un Dies Irae, es una sinfonía normal de canciones del sufrimiento".

Acomódense.

jueves, 29 de enero de 2009

Janine Jansen cancela sus actuaciones con la ONE


NOTA DE PRENSA
Por motivos de salud, la violinista Janine Jansen ha tenido que cancelar sus
conciertos de este fin de semana junto a la Orquesta Nacional de España.

Los conciertos (días 30 y 31 de enero y 1 de febrero en el Auditorio Nacional)
se celebrarán ofreciendo un programa monográfico Wagner.

OCNE 11 – CICLO III. 30, 31 DE ENERO Y 1 DE FEBRERO DE 2009

Viernes y sábado, 19,30h. Domingo, 11,30h. Auditorio Nacional
Orquesta Nacional de España
Josep Pons, director
Endrik Wottrich, tenor (Sigfrido)
Linda Watson, soprano (Brünnhilde)

Richard Wagner Selección de El ocaso de los dioses
Preludio de Los maestros cantores de Nuremberg
Preludio y muerte de Isolda, de Tristán e Isolda

Velocidad y proporciones en Haydn



Adam Fischer y su Orquesta Austrohúngara fascinaron a muchos e hizo desilusionarse a otros. Los que escuchamos, también de la mano de Ibermúsica, su magnífica Creación junto a Thomas Quasthoff y habíamos analizado su integral de las sinfonías del protegido de la familia Esterházy (grabadas para el sello Nimbus y adquiridas por el económico Brilliant), percibimos un sonido algo compacto.


El conmemorativo y monográfico programa Haydn incluyó las Sinfonías nº 88 y nº 101 "El reloj" (perteneciente al ciclo londinense), además del brioso Concierto para violonchelo y orquesta nº1, en do mayor.


Que Fischer desborda energía y vitalidad en el podio no cabe ninguna duda. Desde una postura de adecuación historicista, construye bloques homogéneos en los que el sonido fluye sin hacer uso de la partitura. Heredero del estilo directivo húngaro, implantado por Kodály, se despega de la batuta atraído por lo meticuloso del detalle, haciendo énfasis con su mano izquierda como si de un grupo coral se tratara.


La claridad del primer movimiento de la Sinfonía nº 88 dio paso a un brillante momento del pizzicato de la cuerda y la melodía del violonchelo. No falta el aroma de la danza cortesana, que se entrelaza con el de las melodías campesinas.


El joven Nicolas Altstaedt (1982), de origen germano-francés, preside la parte solista del Concierto para violonchelo nº1. Acompañado de un imponente instrumento Nicolas Lupot (París, 1821), de sonido algo frío y metálico, afrontó de manera virtuosa una partitura en la que Fischer optó por ralentizar los dos primeros movimientos y acelerar un festivo tercer tiempo. Altstaedt es ya el futuro del instrumento cordófono.


Finalizó oficialmente un concierto-homenaje al padre de la sinfonía, con la denominada El Reloj. Dotada de un enorme sentido del humor, en la que prevalece el tic-tac de los fagotes tras el contundente adagio-presto. Alegra escuchar el tarareable segundo movimiento, que daría paso tras los innumerables aplausos y bravos a dos divertidas propinas.


Feliz 200º cumpleaños, Franz Joseph

miércoles, 28 de enero de 2009

Un Beethoven de contrastes


Anoche, la georgiana Elisabeth Leonskaja (1945) volvió, por sexta vez, al Ciclo de Grandes Intérpretes de la Fundación Scherzo. Con su rigidez gestual, la pianista que fuese pareja artística del enigmático Sviatoslav Richter,se enfrentó a las últimas sonatas del genio de Bonn, con unos incisivos ataques que se contraponían a otras dosis de melancolía y de dramático talento. Las marcadas diferencias de tiempo y de ritmo quedaron patentes desde el primer momento, haciendo un breve pero penetrante uso del pedal o llevando el compás con el otro pie. La dualidad de Leonskaja le hizo combinar una elegancia innata y una manera rotunda y penetrante de efectuar las lecturas de las opus 109, 110 y 111. Se podrían sacar algunos peros, como algún despiste en el fraseo, algunas medias teclas o su excesivo y contrastado punto de vista sobre Beethoven. Pero, ¿acaso Beethoven no fue contradictorio y/o dual?. Lo que es indiscutible es que Leonskaja agradó, y mucho, por un excelente dominio técnico y una destreza propias de ese Conservatorio de Moscú que vería tan aventajadas figuras musicales.

A propósito de estas sonatas, reproduzco y suscribo lo que para el peculiar Glenn Gould significan estas obras: "Revelan como trilogía una extrema diversidad en cuanto a iniciativa formal. Los últimos movimientos, en especial, apenas revelan esa sensación de consumida urgencia o dinámico impacto que se asocian al final clásico. Aún así, cada uno de ellos aparece impulsado por una comprensión instintiva de las necesidades de lo precedente y cumple su obligación con la idea total al tiempo que preserva un efecto de completa espontaneidad. Pero -y aquí radica su paradoja- rara vez se han construido los movimientos de forma más compacta, se han desarrollado con mayor economía o, dentro de sí mismo, han permitido la revelación de un compendio más riguroso de la sonata clásica". "Son una breve, aunque idílica, escala en el intinerario de este intrépido voyageur", concluye.

Me comenta un buen amigo, que en breve asistirá al Metropolitan Opera House neoyorquino, que recuerda haber escuchado a Leonskaja junto a Richter, con obras de piano a cuatro manos. Una envidiable anécdota.

Para mí, el recuerdo más impactante que guardo de ella es una lectura en compacto del Concierto nº2, de J. Brahms, con la Gewandhaus de Leipzig y el maestro Kurt Masur. Una de mis grabaciones de diez, capaces de hacer a uno el día algo más feliz.

lunes, 26 de enero de 2009

Tal día como hoy.... (26-enero)

nacía en 1945 la que fuera voz del violonchelo, Jacqueline du Pré, en la ciudad estudiantil de Oxford.



Se efectuaron importantísimos estrenos: en la Viena de 1790 se vería el Così fan tutte mozartiano y, a principios del siglo xx (1908), la ciudad de San Petersburgo acudía al primer concierto que presentaba la Sinfonía nº2, de Serguéi Rajmáninov. Pero tres años más tarde sucedió un monumental acontecimiento: la primera puesta en escena de Der Rosenkavalier, de Richard Strauss, en Dresde.



A continuación, las fotos de algunas de mis más sinceras recomendaciones:








Mañana y pasado mañana...




deben acudir, sin lugar a dudas, a dos citas sin parangón en el madrileño Auditorio Nacional.
Nos visitan una de las pianistas señeras de la escuela pianística rusa, Elisabeth Leonskaja (Fundación Scherzo, 27 de enero), y Ádam Fischer, de la mano de Ibermúsica y la Orquesta Austrohúngara, con un especial y conmemorativo monográfico Haydn. (28 de enero).


Ya me contarán, si les quedan palabras...

domingo, 25 de enero de 2009

Tal día como hoy...

de 1886, nacerían en Berlín el director y compositor Wilhelm Furtwängler y, en 1913, el compositor polaco Witold Lutoslawski, en la ciudad de Varsovia.
Se produjo el estreno romano, en 1817, de La Cenerentola rossiniana y en 1909 la primera función, en Dresde, de la Elektra de Richard Strauss.


A continuación les propongo algunas recomendaciones:

sábado, 24 de enero de 2009

Con Antoni Ros-Marbà


El director titular de la Real Filarmonía de Galicia, Antoni Ros Marbà, nos visita este fin de semana (días 23, 24 y 25 de enero) de la mano de la Orquesta Nacional de España, con obras de Montsalvatge, Berg y Schubert.


Endiabladamente complejo en su estructura y desenfrenado en lo virtuoso, el Concierto para violín y orquesta, de Alban Berg, quedará resuelto con la incisiva precisión de una de las principales voces del arco actual: Christian Tetzlaff. Berg, figura indiscutible del lenguaje posterior a Schönberg, ocupa un lugar privilegiado junto a Anton Webern.


La armoniosa y revitalizante Sinfonía nº9 ("Grande"), de Franz Schubert, ocupará por completo una segunda parte hecha a la medida del director invitado, en un lenguaje sonoro que entiende a la perfección.


Acudo al ensayo general y converso con el maestro Ros Marbà. Mi principal interés era la pieza compuesta por Montsalvatge, Desintegración morfológica de la Chacona de J.S. Bach, que tiene en nuestro director a un excelente y capacitado interlocutor dada la cercanía existente entre ambos.


Ante el libro que releo, titulado Papeles autobiográficos al alcance del recuerdo, escrito por el propio compositor, Antoni se muestra curioso, comenta algunas de las fotos que se incluyen, como la que les sitúa junto a Jean-Pierre Rampal y Xavier Bengurel, con motivo del estreno de Serenata a Lydia de Cadaqués. "Excelente a nivel humano y un bon vivant", comenta el maestro.


La inauguración en 1963 del Festival Internacional de Música de Barcelona llevó a Montsalvatge a la composición de un análisis sobre la Chacona perteneciente a la Partita en re menor para violín, de J.S. Bach. "Profundicé en la genialidad de esta música que, técnicamente hablando, no es más que una metamorfosis sorprendente en torno a la figura melódico-rítmica elemental, absolutamente homogénea que da lugar a una riqueza de combinaciones inaudita", explica su creador. "Me propuse lograr una reestructuración de su contexto, previo un desquiciamiento armónico, tonal y rítmico de la partitura en busca de nuevas imágenes sonoras derivadas del substrato original de Bach. No traté pues de realizar unas variaciones ni mucho menos una simple instrumentación para gran orquesta, sino ir en busca del misterio vivo y actualísimo que parece palmitar en toda la música de Bach y que en ella se manifiesta ceñida a las formas más estrictamente clásicas", finaliza su genial reestructurador.


Antoni muestra una actitud impecable, de comunicador que vive cada una de sus palabras sean musicales o no. Hablamos acerca de las acústicas no del todo favorables en algunas de las salas de conciertos españolas, como la del Auditori o la de La Coruña, le saco a colación su nuevo CD sobre Falla. "Son piezas inéditas", puntualiza. Sus relaciones con Warner le harán llevar al disco compacto la edición completa de Ma mère l'oye, de Ravel. Pero la cosa no queda aquí, ya que saldrá al mercado un trabajo de obras de Mompou "que yo orquesté", concluye.


¿Qué proyectos le ocupan en la actualidad? Ampliar los componentes de su orquesta gallega y dirigir próximamente en Valencia y con la Orquesta de la Escuela Reina Sofía, de Madrid.

jueves, 8 de enero de 2009

Sofía Gubaidulina y la vanguardia rusa


"No encuentro ninguna otra manera de explicar la existencia del arte que como un medio para expresar algo más grande que nosotros mismos. No puedo lograr una decisión musical simple, excepto con el fin de establecer una conexión con Dios. Si separase la meta religiosa de la musical, la música no significaría nada para mí." (Sofía Gubaidulina). Con estas palabras define la compositora su manera de entender la vida y su concepto musical.


El madrileño Auditorio Nacional (9, 10 y 11 de enero) dará carta blanca a una de las mayores exponentes de la vanguardia soviética, que ensambla lo popular y las corrientes actuales, y que es heredera directa de apellidos como Shebalín y Shostakóvich.


Su "Concierto para flauta y orquesta" contará con la camaleónica y brillante Sharon Bezaly, que nos dejó prendados en sus comienzos en el sello BIS, con su ideal mozartiano. La percusión y la voz se enlazan en la pieza que la mezzosoprano Natalie Stutzman declamará, "Hour of the Soul".


Esto es sólo un aperitivo, ya que la semana próxima (domingo 18) nos visita la Mutter, a quien Gubaidulina (que reside en Hamburgo) dedicó la pieza que interpretará, "In tempus praesens"


Concluyo con una cita de esta genial mujer: "Soy una persona religiosa ... y por «religión» entiendo «re-ligio», y el «re-ligado» de un vínculo ... restaurando el «legato» de la vida. La vida se divide en muchas partes ... No hay ocupación más importante que la recomposición de la integridad espiritual a través de la composición musical"